Bajo el lema “preferimos encender una vela que maldecir la oscuridad”, en Sophia trabajamos por un Voluntariado en Acción. A través de numerosas actividades, tanto en el ámbito de la educación y la cultura como en el de la ayuda social, aportamos nuestro esfuerzo y compromiso altruista llevando a cabo diferentes proyectos solidarios para llevar el cambio que todos queremos ver, tanto en nosotros como en el mundo en el que vivimos.
Voluntario proviene del latín, del verbo volo («querer»), y hace referencia a la potencia del alma que mueve a hacer o no una cosa. Desde jóvenes llenos de vitalidad hasta padres de familia, jubilados, personas venidas de todos los estamentos sociales, trabajadores… todo un mosaico humano en acción que se presenta como una «respuesta solidaria para el siglo XXI».
Hoy en día, las problemáticas sociales y humanas son numerosas y requieren una solución, en muchos casos inmediata. Ya no son únicamente una obligación de los gobiernos y administraciones públicas, son problemáticas globales que, en su mayoría, tienen su causa y su solución en el seno mismo de nuestras sociedades… la raíz está en el hombre. El voluntariado es la respuesta de parte de esa sociedad, que consciente de su responsabilidad y sensibilizada por las diferentes problemáticas, entrega algo de su tiempo y experiencia en pro del bien común, sin pensar en el beneficio propio.
Existe una doble direccionalidad del voluntariado en todos sus ámbitos de acción: a la vez que uno entrega parte de su tiempo, conocimiento y experiencia, recibe una serie de elementos del mismo género, lo que crea un circuito dinámico y abierto que se resume en un continuo dar y recibir, en el cual, el enriquecimiento siempre es mutuo: generosidad, compromiso, solidaridad, empatía, cooperación, trabajo en equipo… Valores consustanciales al alma del voluntario.
Siguiendo el cuarto principio fundacional que dice: “Promover el voluntariado en sus diversas facetas, especialmente en el ámbito de la educación, la docencia y la cultura», aportamos nuestro trabajo como punto clave para que, a través de la propia experiencia vivencial, tenga lugar un cambio en la conciencia del ser humano.
Es esa persona anónima, sencilla y generosa que entrega una parte importante de su tiempo y de su esfuerzo para «echar una mano» allá donde más se le necesite. Su rostro tal vez nunca será conocido, pero sin embargo… con su mano solidaria y su noble compromiso de corazón, ayuda cada día a hacer de este mundo un lugar más bello y mejor… para todos, sin esperar nada a cambio. Como punto clave para que, a través de la propia experiencia vivencial, tenga lugar un cambio en la conciencia del ser humano.
Miramos la vida desde la abundancia y no desde la carencia. Preferimos encender una vela que maldecir la oscuridad.
Cultivamos el arte que consideramos más importante: el de vivir en armonía con la vida, con los demás y con uno mismo.
Concebimos que el estado de coherencia entre espíritu-mente-corazón y cuerpo es la clave para una vida plena y feliz.
Estamos convencidos de que el ser humano tiene el poder de crear su propia realidad y reinventarse a sí mismo a cada instante.
Pensamos que una educación en valores es la mejor opción para mejorar el mundo en que vivimos.
Creemos en la fusión de la tradición antigua y la ciencia moderna.
Creemos que en el centro de la conciencia están todas las claves.